El azafrán es reconocido por tener varias propiedades medicinales. 

Tradicionalmente, la cúrcuma se utiliza en la medicina china y ayurvédica como planta medicinal auxiliar para el funcionamiento hepático, y también se asocia a problemas estomacales (gastritis y acidez), ayudando a aumentar la producción de mucosidad y protegiendo la mucosa gástrica. La medicina tradicional emplea la
La cúrcuma en el tratamiento de la artritis, la obesidad y el colesterol alto, así como estimulante de la digestión. 

Los principios activos de la cúrcuma son los curcuminoides. 

La curcumina es el polifenol responsable del color amarillo de la cúrcuma y tiene las siguientes propiedades: antibacteriana, antiinflamatoria, antiproliferativa y antiangiogénica. 

En general, los curcuminoides tienen una acción colagoga, es decir, estimulan la producción de bilis y su flujo en el intestino. Estudios científicos han confirmado la eficaz acción de la cúrcuma como desintoxicante y estimulante de la actividad hepática. Esta acción también puede explicar su actividad hipocolesterolémica, ya que la síntesis de la bilis requiere el consumo de colesterol. Los curcuminoides, por otro lado, aumentan el flujo de bilis a los intestinos, lo que provoca la descomposición de las grasas de la dieta. 

Los curcuminoides han demostrado en estudios una considerable actividad antiinflamatoria, en parte por su capacidad de inhibir la síntesis de prostaglandinas inflamatorias y porque tienen una acción inhibitoria sobre la enzima óxido nítrico sintetasa que, como su nombre indica, interviene en la síntesis proceso de óxido nítrico a partir de L-arginina. El óxido nítrico está implicado en el proceso inflamatorio y cancerígeno, por lo que la acción de los curcuminoides es esencialmente preventiva. De hecho, en comparación con los corticosteroides, el extracto de azafrán tiene una actividad antiinflamatoria similar en la inflamación aguda y es aproximadamente un 50 % más potente que los corticosteroides en la inflamación crónica. 

La investigación científica actual muestra además que el azafrán inhibe poderosamente bacterias, virus y hongos patógenos (incluyendo Candida albicans, Candida kruseii y Candida parasilosis). 

Hoy en día, también se sabe que el azafrán aumenta el contenido de glutatión y la actividad de la glutatión estransferasa en el hígado. Estas sustancias son protectores clave contra los efectos nocivos de las toxinas y los radicales libres. 

Algunos estudios científicos atribuyen a la cúrcuma una acción anticancerígena, antibacteriana y antifúngica (Candida albicans, Candida Kruseii y Candida parasilosis). Su acción anticancerígena está relacionada con la capacidad de la cúrcuma para neutralizar los radicales libres, cierta actividad citotóxica y una acción a nivel de algunas enzimas implicadas en el proceso de carcinogénesis. Al inhibir estas enzimas, se puede reducir el riesgo de desarrollar un tumor. 

Ingredientes

Agente de carga: celulosa microcristalina; Antiaglomerantes: Estearato de Magnesio Vegetal, Antioxidante Dióxido de Silicio (Base en polvo* de una mezcla de prep. betacaroteno y ácido ascórbico). Libre de azúcar, sal, levadura, trigo, soja, gluten y productos lácteos. Formulado sin el uso de conservantes, colorantes o saborizantes artificiales. Apto para veganos. 

Composición

Por 1 cápsula:

• Extracto de raíz de cúrcuma estandarizado (372 mg [93 %] curcuminoides) - 400 mg

Cómo Utilizar

Como complemento alimenticio para adultos, tomar 1 cápsula vegetal al día, preferiblemente con una comida, o según las indicaciones de su médico o profesional sanitario. 
No exceda la dosis diaria recomendada. 

Advertencia

Los complementos alimenticios no deben utilizarse como sustituto de una dieta variada y un estilo de vida saludable. Si está embarazada, amamantando, tomando algún producto farmacéutico o padece alguna enfermedad, consulte a su médico o profesional de la salud antes de tomar cualquier suplemento. Mantener fuera del alcance de los niños.